lunes, 21 de septiembre de 2009

Floreciente

Desperdigar pólvoras en chimangos.
Escupir verosimilitudes por sobre la creencia de ser cuerpo, sin la mente o el espíritu, sin santidad que valga, aceptando la discordancia, sin por eso dejar de expresar la consonancia, que se sale sin efecto, que el más propio de la desazón.

¿Cuál es el terreno más propicio?
¿En qué situación te sentís espléndida y sin cosmética para dejarte ser?

Hará falta que haga número en compases, imaginado sin el tiempo que haces paces, que más das, es lo que creo y hago eco, entremedio ¿desconsuelo? Subo al suelo, y en la tierra encontré una flor.

Y las ramas de los árboles son raíces patas para arriba, son el reflejo de lo que se enrraizó hacia abajo, en la tierra. Son años de historia y estiramiento, para terminar floreciendo cuando llega la estación. La prima verá que puede ser más que lo que se puede, si se elige en la incerteza y se da paso a lo que sucedió.


Y con motivo primaveral, una canción de Las pastillas del abuelo con tremenda letra, Skalipso, en edición hogareña de un grupete de amigos:

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