Cada cual se pierde en su historia y lo que pueda pasar nadie lo sabe. Sí que hay que estar atento para aprender a captar el mensaje del destino.
Siempre pueden pasar situaciones que nos devuelvan la tranquilidad al cuerpo. Nada es tan preocupante como para no saber distinguir lo venidero. Todo vendrá. Aún en la peor situación se puede encarar lo que está por venir. Es cuestión nomás de ver lo positivo en lo posible, lo realizable en lo imaginable.
¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar hoy?
Si la oscuridad se apodera de tus decisiones, rara vez podrás salir a enseñarle al mundo tus dones. Mientras que si estás dispuesto a abrir tu ser al sinfín de situaciones que se presentan, ahí sí tenés un mundo por explorar, todo nuevo por descubrir.
Cada situación que se presenta es la oportunidad de abrirte paso a lo venidero. Cada evento es tan crucial como la determinación de acompañar el deseo.
De todo se puede aprender algo. De cada instante podés sacar infinidad de enseñanzas que te permitan hacerle frente de una manera más agradable al devenir.
Con sólo aceptar eso te podrás entregar a los hechos sin tanto condicionamiento. Lo tomás o lo dejás pasar, esa ya es tu decisión, pero nunca nada está porque sí. O mejor, sí está porque sí. Porque sí sos elegido para verlo, porque sí estás indicado para estar allí y en ese momento. Porque el instante mismo en que pasa es el que te tocó para vivirlo, y si lo encarás con delay no podrás tomar lo que la vida te entrega. Llegará todo tarde, el tren estará en otra estación.
Estacionate a ver la vida pasar y ahí nada sincronizará con nada, no habrá cabos que atar. Y sino, relajate y goza, cada situación que se presente será para darte una alegría enorme, todo fluirá en tu estado, y las sensaciones serán prioritarias por sobre el pensamiento.
Éste no es más que una herramienta para poder VIVIR FELIZ.