martes, 26 de febrero de 2013

Amando

En la entrega se da el amor. En el incalculado abanico de posibilidades que se da al desprender del ramillete de formas que uno tiene de expresar cariño.

El amor es la forma más clara y concisa de expresar lo que se siente, y de sacar a relucir lo que el mundo nos genera, y que frecuentemente sintetizamos en una persona o cosa pero que se trata de un sentimiento o energía universal que se traslada a cada hecho que nos circunda. Estamos envueltos en él, y cuando no lo sentimos es tan sólo porque no lo podemos percibir, pero allí está, para regodearnos y hasta hacernos sentir menos duros los momentos de pesar.

A pesar de todo, el amor siempre está. Si te entrenás en su captación, podrás hacer más sentido y compartido cada momento que surja. Se resume en situaciones de alegría o, si persiste, en una felicidad duradera que te hace creer que la vida todo lo abarca y que el lugar y la circunstancia en la que estás es la indicada para tu momento divino.

Porque el amor se emparenta con aquello que es divino, sagrado, especial. Sentir amor es identificar tu sensación base, esencial, que te conecta a la fuente de pulsión y te hace dar lo mejor de vos. No hay juicio, no hay premeditación, amando sos, te dejás incluso modificar de acuerdo a la voluntad o gusto de quien te acompaña, porque entre todos los involucrados se genera la masa amorosa que le da volumen al desarrollo y la evolución potencial del hábitat que te rodea.

Da amor y recibirás en consecuencia. Y no es un mensaje parroquial, porque es fácil caer en la crítica intelectual de cursilería del que sabe mostrar su lado amoroso, pero el amor vence a todo escollo que se encuentre en el camino, y te hace entrar de lleno en el consagrado espacio de construcción conjunta, el diálogo, o la comunicación no verbal también, que te hace sentir y generar aquello que se denomina bien, y que fue tan maltratado a malgastado por la religión. Hacer el bien no es ser buenito para justificar accionares, es la consecuencia de sentir el amor en cada uno de tus poros. Nada puede salir mal así, todo es en tu beneficio.

Si cada cual logra sacar esto de sí, la maldad o todo acto que se le desprenda, podrá ser despreciado o no tenido en cuenta en el mundo, porque cada uno distinguirá que amando es la única forma de sentirse pleno, seguro, vital y que no es necesario engendrar odio, el hijo bobo de amor, que pierde pista al sacar el logro.

Brindando, dando, entregando estás abierto a recibir, y es así como surge la pasionalidad indómita que te hará resurgir ese deseo descarriado y descarado que no se controla y sale de tus entrañas para ser expresado en forma artística, en expresión deseante de ser escuchada o en actos amorosos involuntarios, raptos de lucidez acuciante de ser bienrecibidos, y es así como podrás entregar el máximo potencial que aún está guardado y agazapante de ser sacado en vos.

viernes, 1 de febrero de 2013

Carta al jugador de Independiente

Jugadores, en tiempos donde claramente hay que hacer de tripas corazones, y juntos encontrar la forma de salir adelante, sumando algún nuevo guerrero al batallón de ataque, desde luego destacarán los que se expresen con violencia y agresión, pero toda la familia de Independiente no quiere dejar de transmitirles el apoyo y las ganas de que sepan sacar el equipo adelante.

Ahora, que se renuevan las esperanzas con un nuevo torneo, algo tiene que quedarles claro. Esto es Independiente, el orgullo nacional desde que nací. Grábenselo para lo que queda, 20 batallas en las que lo que se rescatan son los puntos. Sépanlo: Mi equipo no pelea descensos, Independiente pelea campeonatos.

Viendo y compartiendo el gusto por el buen fútbol con una infinidad de aficionados desperdigados por el mundo, nos enloquecimos con la gambeta del Bocha, la valentía de Ludueña, el toque corto de Garnero con Gustavito López, una defensa sólida con Milito, Rotchen, uruguayos aguerridos, manos prodigiosas como las de Islas, Mondragon, Pereyra, y otros sabrán hablar de sus décadas de gloria. Lo importante es que sepan que estamos con ustedes, y que nunca dejen de tomar conciencia que lo que llevan puesta es la camiseta del Glorioso Club Atlético Independiente, el que siempre será, por la eternidad de los días, el Rey de Copas.
Como reza la bandera en el córner de una de las gargantas de un estadio que un incomparable ladrón que osó llamarse dirigente dejó sin terminar, sepan que el que está allí es José Omar Pastoriza. Un emblema en la Institución, el primer técnico que sacó campeón a mi equipo teniendo uso de razón –en aquel torneo largo de 1989, que se definía por penales en caso de empate-, mi club, mi identidad, mi pertenencia, mi canción al viento para que ustedes sientan el aliento, en mis tres décadas de vida. José Omar los mira, de reojo, les acusa recibo: “Los estoy mirando, Vayan, sean hombres… jueguen y ganen” La única que queda muchachos, nadie saca el pie del plato en estos 6 meses, y se trabaja con un único objetivo. Volver a ver a Independiente en lo más alto. Esto es Independiente señores, acá el diablo mete la cola, y se arma el infierno. Y para ustedes tiene que ser encantador.

Disfruten el defender estos colores, el Rojo es mi pasión, locura en mi corazón. ¿O hay alguna parte que no entendieron? Ahí reside el pedido del hincha legítimo, en defensa de la historia que llena de estrellas el pecho de mi camiseta.

No saben hasta dónde pueden llegar unidos. La unión hace la fuerza. Hagan la necesaria para sacar al club de esta situación. Desde lo profundo del sentir del hincha genuino que te quiere ver campeón. Como manda la costumbre. ¡Esto es Independiente! Será siempre Independiente. Seré siempre Independiente, endiablado, rojo, fuego, huevo, toque. Básicamente, jueguen con sangre. Y podremos brindar a mitad de año con la certeza de poder decir salud Rojo querido, Rey de copas, tu fútbol reza por vos.

JUGADORES

Jugadores, mi viejo me transmitió un legado
alma y vida por esta camiseta,
este club jamás será entregado.
Tiene mística, tiene historia,
y no es por meter presión,
pero tengan bien en cuenta
que llevan puesta una pasión.
Ya lo dice la canción,
En las buenas y en las malas,
Sangre, corazón y pases cortos,
Esta esencia no puede ser olvidada.

Jugadores, nunca olviden que esta gente
Se crió viendo a Bertoni, a Bochini,
al Chivo, a Gustavito,
con la categoría del Kun
y la prestancia de Milito.

Jugadores, ténganlo bien presente,
así después no lo lamentamos,
este equipo no pelea descenso,
nuestro equipo pelea campeonatos.
Por lo que fuimos y seremos,
por más que los joda,
no dejen de escuchar a la gente,
que es la única que sabe, siente y afirma,
que esto será siempre Independiente.

Jugadores, salgan a la cancha,
y sean hombres, les pide el Pato Pastoriza,
dejen en alto estos colores,
de las malas se sale alentando,
vamos los Rojos,
jamás te quisimos tanto.

Cantero y Gallego a la cabeza,
y ustedes, 22 leones,
morfense a los adversarios,
sientan orgullo, y sean campeones.

Jugadores, ustedes se habrán ido
y este club seguirá siendo
mi Independiente querido.
Jugadores, tengan huevos y respeto,
esto es más que un sentimiento,
es mi identidad, mi coraje,
mi corazón, mi espejo.

Jugadores, salgan ahora,
y traigannos una nueva estrella,
este equipo, recuerden
nunca se queda, ni se entrega,
tengan presente que están jugando,
para el eterno Diablo de Avellaneda.
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