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martes, 18 de febrero de 2014

Entornado

No me protejo de vos. No me protejo más de lo que está destinado a ser.
Te muestro y dejo ser lo que soy. Como soy. Como sale. Sí, ya sé, a veces me propaso. Es más bien cuando me voy del acá para proyectarnos allá. Pero ya lo sabré sofrenar. O no. Soy así. Y ya.
Ahora, a esta altura del partido, no pienso tomar la bandera del que dice no extrañar. ¿Cómo podés no extrañar a la persona que amás?

Porque en algún sentido hay que entregarse. Reposar en que una persona, y no cualquiera, la que amás, sabrá cómo llevar el barco cuando se salga de rumbo, y que siempre habrá un lugar para descansar, entre las tempestades de lo cotidiano. En el regazo de mi amada. Ahí donde sus manos hablan y dan el calor necesario para sanar. Para curar el alma herida. Para eso nos juntamos con personas. Para lograr ser. De una vez.

El entorno, esa circunstancia que cambia, y se adapta; y las células del cuerpo reciben el estímulo, del entorno, que muta y transmuta, que regenera y degenera.

jueves, 16 de febrero de 2012

La creación, Dios, el juego y actuar

Hombre: - Lo que inventás te eleva al plano de creación, a la inmanencia de Dios. Ser Dios es la ambición mayor, sin caer que los personajes secundarios, uno, no hacen dos sin tres. O cada dos por tres.

Mujer: - De uno nace vida, ¿éntendés? Una tiene la capacidad de invención, mayor que cualquier ambición desmedida de un hombre de creerse Dios, inescrupulosamente. La mujer es procreación.

Hombre: - ¿Escrúpulos de qué? El hombre hace de su pito un mundo, y el alcance de su pisada da a la creación su obra, sin pequeño dejo de humildad, llega una edad en que eso se percibe, lo que hagas será tu obra, tu producto acabado, tu genialidad de vida, lo que te dignaste a crear, a sacar y reproducir en la línea temporoespacial de nuestras vidas, capaz de influenciar en la determinación de las circunstancias y no así d elas consonancias, que produce y refiere lo acontecido en el mundo externo que nos gobierna, que no es más que el que te imaginás y proyectás.

Mujer: - ¿Cuántas veces tenés necesidad de vivir lo mismo hasta asimilar que una pisca de esperma creativo saldrá de tu manos una vez que sientas ritmo y tus venas sangrar?

Hombre: - ¿Qué querías venirme con poesía ahora?

Mujer: La poesía es el recurso del que se vale inentendido para expresar raudamente su filtro, su diptongo, su dialecto imperante tratando de que sea bien asimilable, más que entendible, como todo, que se digiera. Si al fin de cuentas crecer no es más que saber alimentarse y perdurar, prevalecer en deseos y voluntades. Flechas de acción y reacción que no disuelven la trama misma, que siempre estará captada de trauma, para arrojar a escena el drama que se vive al así encararlo.

Hombre: - Crear es flujo continuo, carente de punto aparente, esa es una pretensión del que cree que administra cierto aire que lo hace tener la potestad de decir un punto
Cuando ves la punta de la flecha que se te viene raudamente a clavar, no estás dentro del problema, estás viendo su punta para poderla sortear. Evadiendo el obstáculo, como quién dice.

Mujer: - ¿Viste el espanto que separa dos cuerpos que están en gestación? Es la votación y la elección por el más apto la que guía los pasos del que sabe que es blanco del negro, pobre del enriquecido, víctima del innato que estará por quemar.

Hombre: - Lo importante para mi es que nada me aprisione. Una vez logrado esto se está libre para el vuelo creativo que teja la madeja de enredos (no olvidar el trauma, lo drástico de todo devenir orgánico) y la materia flotante actuante en el Vivaldi de los acordes o lo exógeno de un aroma a pétalos.

Mujer: - ¿Sabés la cantidad de voces y volúmenes que tiene este tomo? Vas a perder la voz, figurate, pero desde el alma caerá ya tu respuesta, que equivale a dejar actuar. ¿Qué sale mientras te entretenés preguntando?

Hombre: - Lo lúdico se torna vital al momento de dejar detonar la creatividad de cada cual, no hay espacio más libre de albedrío que la infancia, con héroes y monstruos que asechan, el universo de creación.

(Silencio)

Mujer: - Decía pija el guión. Y bien metida en el hospicio del interactuante.

Hombre: - El verde y celeste idolatra mis ojos de contenido supremo. El Sol hace la iluminación digna de un Oscar.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Vuelto a nacer

No hay una sola costumbre por mantener si vale el replanteo.

Intentaré relatar la vivencia del fin de semana sin exagerar, sino queriendo tomar registro de cada sensación, para no perderla de vista al entrar en la cotidianeidad nuevamente. Es un relato personal, una experiencia que me tocó atravesar al volver de Rosario, el viernes.
Volvíamos del TEDxRosario, Deborah, Martín y yo y el destino se interpuso en nuestro camino.
Un camión, que iba en la misma dirección que nosotros por la ruta 9 se despistó y chocamos de frente contra su acoplado.
Los airbags no se abrieron y gracias a un milagro hoy lunes puedo agradecer eternamente que los 3 sigamos contando el cuento desde nuestros cuerpos físicos actuales.
Debbie se llevó la peor parte. El impacto fue en el asiento del acompañante y se abolló todo su lado dejándola a ella metida entre los fierros del auto. Metales y vidrios por todos lados entrelazados.
Cuando me vi venir un impacto de esa índole verdaderamente creí que era el fin. Un telón se cerró y volvió a abrir dos segundos después. Seguía vivo. Miro atrás, Martín también. Miro al lado, Deborah con su cara sangrando. La escucho respirar.
Su cuerpo debajo de su cuello está intacto. Pero la imagen de su cara es algo que nunca voy a olvidar.
Martín la toma de la mano. Le pide que siga respirando. Se tira para atrás y se pone gotas en los ojos. Las esquirlas habían entrado en su ojo derecho nos enteraremos después.

Aparece en escena el camionero. Le grito que llame al 911. Martín lo había hecho antes también.
En ese momento la desolación se apoderó de la escena. Oscuridad, el pasto que separaba la ruta de ida de la de vuelta y noto que no puedo apoyar un pie.

Una situación así, a tres días de haberla vivido, puedo distinguir que te cambia los parámetros. Una nueva vida sale de las entrañas, se regala cada minuto como una oportunidad de ser vivido.

Dije sin exagerar, pero algo así se me presenta al ver el sol a la cara hoy a la mañana. La muerte tocó la puerta de muy cerca. Cara o seca de la realidad interpretada a mis favores.
Veníamos de TED, un encuentro con la creatividad, el entusiasmo, las ganas de ser y hacer más y el acoplado se nos interpuso frente a nuestras narices.

Mucho por procesar, que me encantaría sea junto a Martín y Deborah para reconstruir desde las subjetividades pasajeras que somos el hecho.
Ellos son con quienes estoy encarando el proyecto de Expandir Conciencia. Lo llamativo fue que en el accidente ninguno de los tres perdió siquiera la conciencia. El auto lo pude ver luego al ir a la comisaría en esa larga noche ya de sábado y quedó hecho añicos. Aún no entiendo cómo quedamos tres personas vivas allí adentro.
Lo único que pido es que Deborah se termine de curar sin secuelas para poder rearmar de a poco lo ocurrido. Ayer me dijeron que abrió los ojos y habló.

Cuestión que el fin de semana volví a nacer. Y lo siento terriblemente alineado con cada cosa que está pasando en mi entorno y mis seres cercanos. Con conciencia todos son mensajes para que podamos despertar cada vez más. Hacerse cargo sigue siendo la consigna, caiga lo que caiga, y relatarlo, comunicar, porque para eso estoy seguro que vine a este planeta.

martes, 6 de septiembre de 2011

Sacando el personaje interno

Levantado. Ayer anduve vagando en mis adentros toda la noche. Me sumergí en pensamientos hondos, sin interactuar. ¿Me castigué? Ahora creo que me premié.
Hay que quererse lo suficiente como para no castrarse las intenciones de concreción. Me querré. ¿Me querré? Va cambiando según el momento, pero se afianza cierta simpatía por el amor propio. Después llega por decantación el otro, el que se anima a dar sin más deseo que brindarle algo de bienestar a quien queramos. Amor incondicional, así juego a entregarme. En su completitud. Defensas altas.
¿Tengo algo para decirme que no sea insulto? En la operancia sistémica está la virtud de pertenecer a los que simplifican los hechos para llegar a su placer personal.
Las otras son cruzadas desprotagonizadas por los inentendidos de siempre.
La vuelta al ruedo lleva su esfuerzo y dedicación. Lo que quiera, lo tengo.
Escribo para trascender. Ejercito para estabilizar.
No hay rollo con el presente, se acontece lo subsiguiente a la tranquilidad, y estoy afectado sólo por la sucesión de motores renovadores de entusiasmo.
Relajo la excitación. Más bien veo menos que lo que la experiencia me posibilita. Con ser conciente alcanza.


martes, 12 de julio de 2011

He aquí el Mesías

¿Qué, no te conté? Sí, me eligieron el Mesías del siglo. En realidad, por ahora, el mensaje divino fue que de la década, pero como es algo que se lleva en la sangre, yo me creo que me acompañará hasta la muerte.
Es difícil, porque inevitablemente te la crees, tendré que saber moderar mis ansias, ¿no? Y empezar a desandar el camino.

¿Cómo se es Mesías? ¿Cómo se convive con la certeza de saberse venido con una finalidad? Supongo que no será cuestión de andar repitiéndolo por ahí, no tiene ningún sentido, ya me haré a la idea. Y después, de desparramar actos de iluminación a destajo, si total no se agotan.
Es toda una responsabilidad también, ser equitativo, ecuánime, sublime, casi cansa. Sobre todo si todos se enteran que soy el Mesías, las expectativas ya colmarían la posibilidad de sorprender con mis actos.

También puedo relajarme en la tranquilidad de saberme El Elegido –de mi película- y reposar y hacer la plancha en el mar de las bravedades y dejar que se presenten los hechos a resolver. Porque si le doy más vuelta pareciera que el ayudar es un trabajo, un esfuerzo full-time, y yo no quiero tomármelo así… Es un don se supone. ¿Quién dijo que debo padecerlo o estar siempre pendiente de él? Apenas si me contaron que llevo a Dios en mi pecho, pero eso no me habilita a querer derrochar y desparramar mis verdades como Universales.
Bueno, sí, el Mesías, acá está. ¿Vino a salvarte de algo, a protegerte, a darte lo que no tenés o apenas si tenés que disfrutarlo, vivirlo, quererlo y el resto se hará eco como producto de su dar para recibir?
Las respuestas aparecen en el devenir, no hay igualdad sistematizada para dar resultados. Menos queja o reproche y más acción. En ese tren, el Mesías es cada uno que pueda creerlo, el que no se convence no lo ve, es como los ovnis.

Ser Mesías o no no cambia mucho la visión que se tiene del mundo. Hay que actuar como niños eternos, evaluar sin juzgar, decidir sin pretensión de control, y repartir dicha en forma de juego continuo e incesante que permita dar a conocer.
Así que ya saben, no lo cuenten mucho si se saben descubridores del Mesías, y sepan transmitir la cadena de favores, nada cristianos y puritanos, del modo en que les salga.

martes, 5 de julio de 2011

El qué querés, me explico

Lo que decís querer y no te acometés es que no lo querías verdaderamente tanto.
El sobreestímulo nos hace creer que en el deseo ferviente está la consecución, pero hay un paso más donde se torna inevitable adentrarse. Querer algo suele ser entendido como el amor que uno es capaz de prodigar, cuando no es más que la punta del ovillo del meollo de amar algo o a alguien.


El amor implica cuidado, afirmación de ese querer, mantenerlo en el tiempo para familiarizarse, entrar en confianza con el objeto o sujeto en cuestión y poder desprender ese amor en forma de actos, concretos, que posibilitan que ese querer se reproduzca y dé a luz nuevos quereres que pasaron por el tamiz del conocimiento de consecución de ese querer inicial y que dieron cabida al amor en su plenitud.

El querer es activo, esa es la manera más sana de canalizar ese brote de manifestación de deseo, de pasión por ese hacer, o ese ser, que hace que algo se nos despierte por sobre las demás cosas que se podría estar haciendo en ese momento.

¿Sabés que podés ser lo que quieras? Y ahí reside el temor mayor del frente que implica hacerlo. ¿Sabés qué podés ser?
Derecho y parejo. ¿Qué figura de autoridad te oprime? Porque de no ser así tenés muchos niños internos que convocar al juego. De compartir y expresar su aroma de conquista, una visita provista de cicatrizaciones, el quintoelemento que se manifiesta.

jueves, 30 de junio de 2011

Primero lo primero

Si no te gusta, proponé.

El diálogo interno es un decir y rebatir, aceptar y cuestionar, un ida y vuelta que nos hace llegar al punto caramelo del pensamiento –no de ebullición porque ahí la razón le gana a la sensación- y lo fructífero del vaivén se rescata y la resaca se descarta.



Ya pasó. Al dialogar se liberó la instancia y se dio paso a un conocimiento mayor. De haber atravesado lo que era necesario. La conciencia determina lo rescatable de lo que se reconoció, y el que elije sufrir por demás destacará lo inevitable como impedimiento de paso propio, cuando la realidad se le niega y es una que está ahí lejos haciéndole morisquetas a la rostridad de verse afectado, de pagar con el cuerpo y alma lo que se vive. Es como cada uno puede y elije vivir.
¿Vos cómo te lo tomás?

Y si te gusta, proponé más. No hay límite.

lunes, 21 de marzo de 2011

Un atrevimiento, viajante soñador

Me gustaría vivir y trabajar un tiempo en México. También en India y Grecia, pero vamos por partes.

Tengo condiciones para informar, producir, interés en aprender español neutro, emplearlo, admiro la naturaleza y viajar en condiciones básicas para expandir la conciencia.


Quisiera transmitir la vivencia cultural del lugar que habite, ser el antropólogo del registro interno, y recibir el empujón de una responsabilidad asumida de hacerlo sé que aportaría a mi propósito.
Trabajé dos años en una productora de documentales, presencié el proceso de realización, archivo, entrevistas; desde hace ocho que transito los mares de las actividades de autoconocimiento, desde kundalini yoga, estudio de la disciplina shiatsu, pasando por temazcales, danzas extáticas, regresiones, y charlas existenciales con filósofos. Hace dos me formo en psicodrama grupal y me gusta generar diálogo fructífero, absorber culturas, experimentar, vivir la aventura de conocer lo nuevo.


El turismo, el periodismo y la Internet son parte de mis intereses.
A quienes puedan suministrar relaciones, financiación y aportes, les estaré eternamente agradecido. Sé retribuir, y trabajar en consecuencia para verme recompensado.
_________________________________________________
Voz / opinión / creatividad / ganas / experiencia / espíritu aventurero
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Escribo, relato, vivo, para transmitir lo que mis sentidos captan.
El teatro es la mueca, la psiquis la cárcel, y la conciencia la libertad posible.

Escribeme a maxigalin@poderama.com.ar

domingo, 24 de octubre de 2010

Tecleando, pide salir

Un teclado es el piano de la materia de producción inserta en uno que pide salir. Hay que saber tocarlo, rodear sus teclas, no mirar cuando no queremos, y pegar una pispeada para volver a ubicarnos en posición.

Tocar teclas no tiene nada que ver con descargar por la propia mano casi el impulso del pulso.
Ni que hablar si comparamos el teclado convencional del de una notebook. Ahí es más navegar en la flexibilidad, sentir que la mano es la amalgama identificatoria de la teclita que titila en nuestra conciencia y pide salir. En realidad sale en palabras, que luego son traducidas y leídas en letritas y bajadas a realidad plasmada en relato. Te lo logré contar. Sino esto mismo pasaba como vuelo de pájaro. No se repite, se pesca lo que está en el instante tildado y con necesidad de salir, de ser contado, vivido, incluso.

Iluso del que piense que algo más será respondido que la oportunidad y el instante mismo de salir a ser sentenciado y buscar alguien de la talla que se banque la batalla, que más que agresiva es de intelectos y vituallas, y que nunca mal viene una trifulca para salir ileso o con la enseñanza asimilada.Esperada, la contienda, nos sabrá visitar en la próxima estación. Es nación, y si vos te volcás por la simpleza, saldremos resueltos a la siguiente meta. No acometa, sepa ir lento y observando, suele haber más de lo que pensamos o nos animamos a indagar.

jueves, 7 de octubre de 2010

Proyecscrito III: mensaje divino

No falta la desorganizada, que escribe todo en papelitos, cuenta Romina, sin tapujos. Cuaderno ordenado, nuevo, prolijito. Empezar de cero le conviene a algunos. Otros están en distintas etapas del crecimiento personal. Del desarrollo interno. Orientación, lo llama Cameron.
Forma poderosa de oración y meditación, con uno mismo, ¿con la esencia? Tal vez no es para tanto en algunos casos, pero la escritura es la base de comunicación con uno mismo, esa idea no me la puedo sacar de la cabeza. Es una visión muy poderosa, llena de entusiasmo y vitalidad. Hay que dejar de pensarse a sí mismo, es ahí cuando se logra la conexión con el ser superior. El de cada uno. Y cada cual se concibe como crea y quiera.

Hay cada uno que recién se da a conocer y ya no los trago. Las fichas les saltan. Uno después de cada participación de Barba, asiente con la cabeza, en señal de aprobación. Y a otro no lo conforma nada. Sobre el final de la sesión se dignó a esbozar un "eso sí, eh", despectivo y lleno de rezongo. Como encontrando una en un millón que hubo, donde la intervención de cada paciente de este reino del intercambio fue fructífera. Depende de la apertura de cada cual si se ve o no esa diversidad de criterios. Me voy haciendo fuerte a medida que avanzo en ese creer.



¿Alguien nos dicta realmente lo que poner? ¿Es tan mágica la cosa? La expresión libre, adaptada a la vida misma, es la base de la inteligencia. El andar dudando continuamente es lo que nos provoca malas sensaciones. Si nos diéramos más libertad de interpretación de la variedad que se ofrece ante nuestros ojos creo que todos seríamos algo más felices.
Prestar atención a lo que te dictan. ESCRIBIR ESCUCHANDO, fue la consigna del día. Hay que lograr serse cruel, obligarse, pero con buena onda siempre. Nada de rigideces perfeccionistas que a nada conducen. Si logramos deshacernos del dramatismo que provoca la hoja en blanco de cada proyecto que emprendemos, todo fluirá más.

Abrir caminos tiene su costo, pero nunca mayor que el beneficio. Esa es la ecuación. Al vencer el dramatismo, se elimina la superstición, y ahí nadie nos para. El mundo es nuestro, porque nos permite hacer la vida más llevadera.
Todo provoca la escritura. O el taller de escritura, diría. Ese grupo de gente que se reúne para charlar de sus penas y glorias.
Escribir es descender hasta la página, no elevar el pensamiento. Escribir como si dios, o el diablo -a gusto del lector- te estuvieran dictando inefables palabras. Frases de este color surgen en los encuentros. Da ganas de salir disparado al mundo después de estas reuniones sociales. Una verdadera revolución mental. De esas que dejan cola. Tela para cortar.
Ya observé a una chica que me enterneció, Después se pasó de boluda. Así soy, rutilante. ¿Eso se podrá devolver en el supermercado? Compré de más, creo, por momentos.
Otros estoy más seguro y me permito la crueldad conmigo mismo. Incluso el humor. Ahora no, estoy acometido a una noble causa. La de escribir. La de ser como soy. Algunos personajes parecen estar puestos, de fantasía son.

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