La alternancia de roles, para rolar, y dar de nuevo. El
saberse parte de un todo mayor, y así poder reciclar las energías, y repartir a
destajo, sin tanto reparo, porque nada te somete, sos vos que tenés que
transitarlo, y cuando lo distinguís sabés que el rol que ocupás va más allá de
la fantasía que tejés, es una asignación grupal, una determinación para que el
equilibrio interno y externo se alinee, y si no se entiende, da paso a la
vertiente, de que escurra, y se diluya, esa piedrita que el zapato te recuerda,
ese zapato que calzado te hace creer en un traje, que te pusiste, que te
pusieron, pero no sos eso.
Cumplís un rol, que muta, y transmuta, y está en
vos en dónde te depositás. Sí, el mundo podrá tener muchas cosas que no te
gustan, pero tampoco importa, centrate en el rol que ocupás, ¿qué dás?, y hasta
dónde. El miedo te deja estanco, fijo, muy rígido para la flexibilidad que
tiene ese mismo mundo que criticás. ¿Quién te preguntó cómo debería ser? Mejor
asumí roles pasajeros, pero que alimenten, y te hagan vaciarte de ego, para
después retomarlo, limpio, como se pueda, la perfección quedó encerrada en un
placard por no saber qué ponerse, el rol del que no se equivoca te queda chico,
mejor probate la pilcha del que se revuelca en el lodo, y busca allí su flor de
loto, y no es poco, por más que te digan lo que no quieras escuchar, llegará un
momento en que escucharás lo que pretendías, con paciencia, y conciencia, sin
tanto resquemor en dar a conocer tus cartas, porque son eso, cartas, dados, funciones,
roles, categorías vistas desde el yo interno, que sigue mutando, pero soltá el
llanto, no hay vida eterna ni aunque te creas santo, es cuestión de asumirse
entero, como venís dado, y lo demás se despejará producto de tu lado, oculto y
visible, tu rol, tu forma de ser parte en todo esto, que mierda si no es poco,
y vos te fijarás si seguís con el escarmiento o si le das paso al momento, sin
tanto sufrimiento, con tu esencia a flor de piel, y ese rol irá variando, y vos
te podrás ir adaptando, porque no hay nada que por bien no venga, y tras
vivirlo podrás hacer mecha, nunca antes, lo que salga de la cabeza pierde
fuerza, y el corazón te habla, y el juicio interno te dice qué es esta garcha
que siempre me sale escribir sobre el Ser encarnado, y las definiciones que
quieras, pero al habértele animado el fantasma más grande se desvanece, y
crece, la voluntad de expresar, de dar sin reparar, y suceder, lo que se anime
a salir, en los roles, que nunca se acaban y siguen mutando, sin rotundismo,
con oportunismo, y muchas ganas, esas energías se ordenan y sabrás darle paso a
lo que te haga falta.
Nadie te dirá lo que necesitás, porque asumiendo nuevos
roles irás despejando la maleza, y quedate en esa, qué te pasa, qué sentís, por
dónde va. TRANSMUTAS, lo sentís, y algo se expresa en vos, y no sos vos, es la
acción, de ese nuevo rol, que te pide, y vos le das, respondiendo a su
voluntad, la de la creación, que está mucho más allá de vos, y así se recicla,
se regenera, porque somos energía condensada en cuerpo, y no muerto, más vivo
que nunca, y podés planear pero después se da lo que te toca, recibilo, no
rechaces, comprendelo, rebelate, si a este mundo viniste es para aprender algo,
y no será de la mano de decir lo que no te bancás, hay una instancia más, que
te dará paso a lo que sí querés, y es por ahí, lo ves, sólo resta que sueltes y
te dejes ver, no te escondas, nadie te hace nada, sos vos que imaginás
hologramas, que llegan a tu vida para hacerte ver algo, necesario, vital,
crucial, y si no le das bola se volverá a presentar, porque el tiempo es un
invento para saber si ha pasado, y sabé que si hacés caso omiso se convertirá
en eterno retorno, y siempre hay contorno, y entorno, circunstancias dadas, que
si tu rol es adaptable sabrás cambiar a tu gusto, con mucho menos disgusto, con
más claridad, en el reposo, podrás ver qué pasa, y al despejar se logra ver la
luz que arrasa, con toda malinterpretación humana posible en este maranfio. ¿O te creés que viniste a algo más que ser canal?, una nota, un tiempo, y asumiendo
tu rol sabrás encontrar el momento.
Debe ser que al destapar trabas limitantes se siente un placer tan grande, interno, inenarrable, que por eso elijo ir por ahí.
Debe ser que al nacer supe que mi misión era traerle ganas y empuje a una familia devastada por la pérdida de una hija menos de un año antes, y eso me lleva a querer acompañar y probar modos de superar aquello que no se puede enmendar pero sí sanar, con el tiempo y sin tanto apuro, en este plano y en otros que encima no tenemos, nadie, claro que existan. Pero confío, en que los nudos se deshacen en la acción.
Debe ser es un imperativo que usan muchos seres terrenos para decirle al otro por dónde creen que va eso de sentirse realizados, y como no existe una sola respuesta a eso -o sí, la propia- se entra en obligaciones fatuas, en juegos rengos de contenido deseoso y gustoso, y de ahí las confusiones posteriores.
Debe ser que cada cual tendrá que aprender a escucharse a sí mismo, genuinamente, honradamente, abrazando su oscuro proceso de reconocimiento interno para parir su ser de luz.
Debe ser que me canso de escuchar gente que ante la expresión abierta y este tipo de enunciaciones “new-age”, de autoayuda, o póngale el calificativo que quiera, se resguarda de algo que a todos nos cuesta, en primera instancia reconocer, y luego dar a conocer. Que es ni más ni menos que nuestro Ser, y de allí la manera de ser. Esa tarea que nadie puede salvarse de atravesar en vida que es dar con lo que le gusta, para qué siente que vino a este planeta, qué lo mueve y hace sentir feliz de hacer algo cada día por que eso se concrete; ese es, creo, el deber ser más genuino y auténtico de cada cual. Y nadie dice que sea fácil ese reconocimiento, incluso dudo que tenga fin. Hay que hacerlo muy consciente el accionar para llegar al fondo de esta cuestión a la que quiero llegar -y desde luego dudo si se entenderá-, pero tengo claro que hay que aprender a abrirse un camino entre el matorral, aprender a despejar el área e ir por más.
Debe ser que cuando cualquiera, en su soledad, se anima a preguntarse “¿y qué quiero hacer?”, con sinceridad, sin tapar el sol con la mano, de algún modo siempre está latiendo dentro esa respuesta, y la velocidad vertiginosa a la que somos invitados a vivir en estos días terrenales hace que muchas veces no aparezca tan fácil ni distinguible. Creo que eso puede ser sorteado con ayuda de pares que están en la misma.
Porque debe ser que el ritmo le gana a la esencia, y muchos prefieren vivir tapándose el deseo para cumplir con quién sabe qué mandato, y aún así todos tenemos latente ese objetivo de descubrir cuál es nuestro deber ser más profundo. La misión. Qué fuimos traídos a resolver y allanar en este maranfio de inconsciente colectivo que está ahí flotante, que se presenta siempre y en toda situación y no habla, tan sólo está, y que juntos debe ser que estamos encomendados a develar, y ver cómo se puede interactuar con otros seres sin hacer daño, o el menor posible, porque al fin de cuentas todos queremos vivir o alcanzar un estado de bienestar en este mundo, lo veamos o no, lo busquemos conscientemente o no, lo sepamos o lo ocultemos detrás de tantas cosas que se hacen con tal de no escucharnos. Debe ser que es una tarea dificultosa, y muchas veces no hay energías disponibles para arremeter en ese descubrimiento.
Deberá ser, y sino no será nada, dice alguien por ahí, y todos sabemos, o intuimos, que la nada misma también debe ser algo.
“Y vos, ¿qué querés ser?”, es una pregunta muy escuchada a chicos, sólo que apunta frecuentemente a definir profesiones, o posiciones en muchos casos, y la exploración en este caso sugiere un qué querés ser vinculado a un hacer, qué vinimos a ser/hacer acá…
Debe ser que el dolor emparenta, y que nadie se salva solo. Debe ser que cada uno tiene que tomarse de una balsa de creencias para emprender el recorrido y que dogmatizar la cuestión fue la elegida por mucho tiempo y costará otro tanto salirse de ese paradigma.
Debe ser que hay tanto por decir al respecto, de la misión por la que venimos al mundo, que una posibilidad más certera es invitarnos a corazón abierto a navegarlo en grupo.
Debe ser por su historia. Debe ser por su don. Debe ser que va por ahí. No debe ser más que eso.
Soñé cosas que tienen que ver con mis demonios internos.
Un campamento donde puedo arruinar todo con mi proceder. Un símil tío que acusa de aquello que no me pertenece, y dale que va.
El punto es descubrir la propia limitación, hacerle un ritual celebratorio sin temor y seguir adelante.
Los fantasmas se disipan con la acción. Están para entretener y no hacen daño.
Porque en verdad, no existen. No existís.
El acto reflejo es lo que se hace sin pensar, sino como acción instintiva hacia determinado estímulo. Es lo más natural que radica en quien ejecuta como consecuencia de algo que pasó súbitamente, sin premeditación, y la espontaneidad brota sin cuestionamiento posible sino como una acción de supervivencia.
Como salió , reflejo producido por el instante mismo en que brotó la necesidad de actuar.
Fue, salto al vacío mismo de no querer controlar, sino de fluir en la inmediatez del devenir. Acto reflejo que espeja la resultante del envión.
El impulso me maneja, y en el tren de saber ir por la vía del amor estoy. Toco fondo para sentir a flote lo que debe fenecer.
Basta de consternaciones que nadie nos impuso.
Quiero compartir la vida con personas que me acepten. La comprensión es un campo de expedición irreconocible, lo acepto, y desde ahí que la búsqueda es de corazón a corazón, algo que no se pueda explicar pero que esté asegurado el acompañamiento, acompasamiento.
El rosa, la idílica creencia de que todo es luz me subleva, y la expresividad hace que todo se remonte a la súbita idea de que ahí renace lo que se niega, ahí reside el bendito destino en la voluntad de ir por más sin saber hacia dónde. Es imposible saber a qué vamos, pero dale, vamos.
El condicionamiento está dado por la intención de controlar lo que no se puede, y si se es abierto, permeable, decidido y voluntarioso, sin perder lo misterioso, todo será provisto por quién sabe quién.
¿Hay alguien que te quiera convencer de lo contrario? Todos intentarán imponer su idea, porque es la forma preconcebida de asentar que es así como lo pensamos que sucede. No hay universalismo posible, el individuo es su propio universo, y el descubrimiento debe llegar por uno mismo. Lo demás pasa, porque no llega a destino, es banal e intrascendente, y tu descubrimiento es el que posibilita que se abra camino.
Desandarlo es no sólo nuestra obligación sino nuestra forma de descubrir qué vinimos a hacer a este mundo. Ser para creer.
Miro la peli que pasan. La pasión guía al mundo. Es el motor. Y la sensibilidad particular es el lubricante que hace que ese motor sea único y reconocible.
La desilusión es la expectativa de que algo cambie.
Yo no quiero perder el tiempo intentando. Quiero ser a pleno.
Descanso y moderación para asimilar lo que pide ser.
Seamos. Soy.
Y en acción ni te cuento.
La acción da el marco de aceptación de lo que se da y una suma de intención o voluntad de generar cambios para que algo se vea afectado o modificado según nuestro accionar que, consideramos, es el indicado.
Indicación que aplica sólo al individuo que la acciona, por lo que ahí empiezan los devenires de accionar conjunto, que ya no suma sino que potencia las posibilidades de acción de la máquina formada entre dos o más individuos con deseo de llegar a algo.
Son las mallas intersticiales. Mueven la bataola. Hola. A dios.
Hombre: - Lo que inventás te eleva al plano de creación, a la inmanencia de Dios. Ser Dios es la ambición mayor, sin caer que los personajes secundarios, uno, no hacen dos sin tres. O cada dos por tres.
Mujer: - De uno nace vida, ¿éntendés? Una tiene la capacidad de invención, mayor que cualquier ambición desmedida de un hombre de creerse Dios, inescrupulosamente. La mujer es procreación.
Hombre: - ¿Escrúpulos de qué? El hombre hace de su pito un mundo, y el alcance de su pisada da a la creación su obra, sin pequeño dejo de humildad, llega una edad en que eso se percibe, lo que hagas será tu obra, tu producto acabado, tu genialidad de vida, lo que te dignaste a crear, a sacar y reproducir en la línea temporoespacial de nuestras vidas, capaz de influenciar en la determinación de las circunstancias y no así d elas consonancias, que produce y refiere lo acontecido en el mundo externo que nos gobierna, que no es más que el que te imaginás y proyectás.
Mujer: - ¿Cuántas veces tenés necesidad de vivir lo mismo hasta asimilar que una pisca de esperma creativo saldrá de tu manos una vez que sientas ritmo y tus venas sangrar?
Hombre: - ¿Qué querías venirme con poesía ahora?
Mujer: La poesía es el recurso del que se vale inentendido para expresar raudamente su filtro, su diptongo, su dialecto imperante tratando de que sea bien asimilable, más que entendible, como todo, que se digiera. Si al fin de cuentas crecer no es más que saber alimentarse y perdurar, prevalecer en deseos y voluntades. Flechas de acción y reacción que no disuelven la trama misma, que siempre estará captada de trauma, para arrojar a escena el drama que se vive al así encararlo.
Hombre: - Crear es flujo continuo, carente de punto aparente, esa es una pretensión del que cree que administra cierto aire que lo hace tener la potestad de decir un punto
Cuando ves la punta de la flecha que se te viene raudamente a clavar, no estás dentro del problema, estás viendo su punta para poderla sortear. Evadiendo el obstáculo, como quién dice.
Mujer: - ¿Viste el espanto que separa dos cuerpos que están en gestación? Es la votación y la elección por el más apto la que guía los pasos del que sabe que es blanco del negro, pobre del enriquecido, víctima del innato que estará por quemar.
Hombre: - Lo importante para mi es que nada me aprisione. Una vez logrado esto se está libre para el vuelo creativo que teja la madeja de enredos (no olvidar el trauma, lo drástico de todo devenir orgánico) y la materia flotante actuante en el Vivaldi de los acordes o lo exógeno de un aroma a pétalos.
Mujer: - ¿Sabés la cantidad de voces y volúmenes que tiene este tomo? Vas a perder la voz, figurate, pero desde el alma caerá ya tu respuesta, que equivale a dejar actuar. ¿Qué sale mientras te entretenés preguntando?
Hombre: - Lo lúdico se torna vital al momento de dejar detonar la creatividad de cada cual, no hay espacio más libre de albedrío que la infancia, con héroes y monstruos que asechan, el universo de creación.
(Silencio)
Mujer: - Decía pija el guión. Y bien metida en el hospicio del interactuante.
Hombre: - El verde y celeste idolatra mis ojos de contenido supremo. El Sol hace la iluminación digna de un Oscar.
Hoy se reestrena en el Teatro Cervantes la obra 4D óptico, de Javier Daulte.
Fui a verla varias veces el año pasado y ayer asistí a su ensayo dada la atracción que me produjo y todo lo que su trama tiene por rescatar.
Suele disgustarme que las opiniones de teatro sean llamadas críticas porque no veo por qué habría de ser criticada una pieza, y mucho menos de la calidad actoral y de dirección con que cuenta ésta. Mi intención es hacer un elogio y apreciación de todo lo que me movilizó para ver si le pica el bichito de ir a quien le interese. Dejar constancia escrita de la capacidad del elenco de atraparte sin descanso, con diálogos fluidos y profundos. Porque si algo no me gusta simplemente no me despierta escribir, mientras que esta maravilla del teatro me abrió los sentidos y me produjo un sinfín de ideas.
La obra: un equipo de científicos descubre una fisura en el espacio/tiempo hallando una realidad alternativa en el laboratorio que habitan donde ciertas ondas sonoras dan muestra de un asesinato que se sucedió en un palacio y deben evitarlo para que el universo no colapse. Hasta ahí, un argumento nomás. Lo superlativo es que se plasman en escena ambas realidades, dos universos en uno con ocho actores increíbles que entran y salen de cada plano de realidad bajo distintos personajes con una velocidad admirable.
Cambios de vestuario y escenografía perfectamente programados, dan muestra de una ductilidad asombrosa, llegando a rodar momentos de la escena bajo un campo escénico y el otro, produciendo alto impacto, destacándose el guión con guiños al espectador memorables. Una dualidad espacial en la que se queda inmerso sin respiro y permite preguntarse por ese otro yo que cada cual puede tener habitando otra realidad.
Entre medio se sucede una trama de amores y odios, encuentros que se presentan en el mundo material y planteos existenciales que se anticipan a los tiempos actuales y te meten de lleno en el denominado plano o mapa desiderativo de cada integrante de esta obra maestra.
El deseo de cada personaje expresado con un ritmo de diálogo adrenalínico, que atrapa y ubica a 4D óptico en la línea de la vanguardia teatral. Una oportunidad de abrir vertientes de pensamiento ante la temática tratada. ¿Llegaremos a percibir ese mundo 4D que nos rodea? Salto cuántico que se mixtura con los sentimientos terrenales de personas con las que se logra la identificación, la proyección y uno sale con mucha tela para cortar y charlar con quien haya ido a verla, que al fin de cuentas es lo que le importa al público que se pregunta al salir “¿vamos a comer algo?”, “¿querés venir a casa?” sin dejar de opinar sobre el personaje que les resonó y les despertó sus sentidos. 4D logra eso y mucho más, una comedia de ciencia ficción que se da en la sala Caviglia del Cervantes (Córdoba y Libertad), encima a un precio super accesible -$50- y que aquellos que gusten de disfrutar de una buena obra no deberían perderse. Después me cuentan.
¿Qué hacés para que pase? ¿Desde dónde te posiciones para dar paso a los hechos?
¿Qué tomás de la sobreinformación que recibís? ¿Cómo te comportás cuando te movés en masa? ¿Y solo? ¿Se activan las defensas? ¿En qué situación más? ¿Solo o acompañado?
El reflejo de la contradicción misma del habla es que enuncia antes de actuar en consecuencia. Y principalmente nos comunicamos por ahí, contando, sacando y luego dramatizando.
“No es para dramatizar”, dicen muchos. ¿Y si lo ponés en carne? ¿Cómo te puedo invitar a hacer cuerpo tu pesar? ¿Hay miedos que te lo impiden? ¿Lo distinguís o lo obviás? Otra no hay. Y tarde o temprano se te hace presente. Sumando voces y ampliando el criterio, dando paso a la manifestación del grupo, se puede soltar, distinguir los hechos a consumar mcomo más palpables, tangibles, cercanos, y permitirse así el indefectible nexo entre lo dicho y lo hecho. El psicodrama aporta a acortar el trecho.
Me quiero demostrar que en la ciudad se puede construir un grupo de gente colaborativa, que no espera siempre lo máximo que puede dar el otro sino uno mismo. Grupo por sobre individuo. Encuentro en los adultos un desengaño, natural casi, con la idea de que se puede sumar en conjunto. El aportar. Brindarse. Brindar.
El lugar queda frente a plaza Serrano -o Cortázar- en Jorge Luis Borges 1613. Y nos damos cita en el primer piso normalmente a las 20 horas. Esta vez el plan incluye música en vivo y una copa de vino de recepción. Luego, Gonzalo Urtizberea y Claudio Messina harán El mundo ha vivido equivocado, de Roberto Fontanarrosa. Y finalmente, permaneciendo en sus lugares podrán disfrutar de Argentina-Brasil en pantalla gigante. Fútbol, vale aclarar, en estos días polideportivos de basquet y rugby de selección. De Messina a Messi, en un sólo lado (cua). Todo por 60 pesos, y reservando sus mesas llamándome al 15 6207 7403 o por mail a info@poderama.com.ar
Los espero y quienes estén lejos, coméntenselo a quienes gustan estar cerca.
Hago el ejercicio de pensar en causas nobles, ¿qué significa luchar por una noble causa?
Desde mi perspectiva, lo noble es aquello que moralmente es aconsejable hacer, lo que guía el criterio global de desenvolvimiento en la vida, lo que nos lleva a enarbolar una consigna como propia y a intentar conseguir adeptos.
Una causa noble suele entenderse como un acto solidario pero no necesariamente es así. Las causas nobles son las que fomentan el armado de redes, conectar personas que interactúan para generar mayores energías productivas.
Hoy día hay que luchar por hacer comprender una idea que prima: el negocio es hacer algo que posibilite el sistema ganar-ganar, donde todos se ven favorecidos y retribuidos por su labor.
Al difundir actividades que ayudan y proponen la expansión de la conciencia, me encuentro constántemente ante la pregunta de quiénes pueden estar interesados en formar esta red cuyo tendido es invisible y el propósito es armar ese rompecabezas, hacer encajar las piezas que permiten una mejora en la calidad de vida de la comunidad que nos retroalimenta.
Septiembre nos encuentra con estas actividades, los espero y recibo con gusto y ganas de conocerlos. Y quien quiera hacer sinergia con Poderama producciones, no tiene más que preguntarme. Nos vemos.
¿Qué, no te conté? Sí, me eligieron el Mesías del siglo. En realidad, por ahora, el mensaje divino fue que de la década, pero como es algo que se lleva en la sangre, yo me creo que me acompañará hasta la muerte. Es difícil, porque inevitablemente te la crees, tendré que saber moderar mis ansias, ¿no? Y empezar a desandar el camino.
¿Cómo se es Mesías? ¿Cómo se convive con la certeza de saberse venido con una finalidad? Supongo que no será cuestión de andar repitiéndolo por ahí, no tiene ningún sentido, ya me haré a la idea. Y después, de desparramar actos de iluminación a destajo, si total no se agotan.
Es toda una responsabilidad también, ser equitativo, ecuánime, sublime, casi cansa. Sobre todo si todos se enteran que soy el Mesías, las expectativas ya colmarían la posibilidad de sorprender con mis actos.
También puedo relajarme en la tranquilidad de saberme El Elegido –de mi película- y reposar y hacer la plancha en el mar de las bravedades y dejar que se presenten los hechos a resolver. Porque si le doy más vuelta pareciera que el ayudar es un trabajo, un esfuerzo full-time, y yo no quiero tomármelo así… Es un don se supone. ¿Quién dijo que debo padecerlo o estar siempre pendiente de él? Apenas si me contaron que llevo a Dios en mi pecho, pero eso no me habilita a querer derrochar y desparramar mis verdades como Universales.
Bueno, sí, el Mesías, acá está. ¿Vino a salvarte de algo, a protegerte, a darte lo que no tenés o apenas si tenés que disfrutarlo, vivirlo, quererlo y el resto se hará eco como producto de su dar para recibir?
Las respuestas aparecen en el devenir, no hay igualdad sistematizada para dar resultados. Menos queja o reproche y más acción. En ese tren, el Mesías es cada uno que pueda creerlo, el que no se convence no lo ve, es como los ovnis.
Ser Mesías o no no cambia mucho la visión que se tiene del mundo. Hay que actuar como niños eternos, evaluar sin juzgar, decidir sin pretensión de control, y repartir dicha en forma de juego continuo e incesante que permita dar a conocer.
Así que ya saben, no lo cuenten mucho si se saben descubridores del Mesías, y sepan transmitir la cadena de favores, nada cristianos y puritanos, del modo en que les salga.
¿Qué te paraliza? ¿Qué hace que desees algo fervientemente y no vayas por ello? ¿Hasta dónde creés que llega tu miedo físico de progresar? ¿Vale más lo que decís querrías o lo que efectivizás en hechos concretos? La distancia entre el potencial y la potencia plasmada en dicha. La posibilidad de elegir el camino, constante, o de abortar la experiencia por el temor madre de encarar lo desconocido, o de cobijarse en los brazos contenedores de lo ya transitado, el útero que amortigua.
Cada cual resuena, dobla, multiplica desde lo que se animó a descubrir. Lo inexplorado es imposible que nos refleje, porque no sabemos de qué habla. La ausencia también nos deja afuera del juego. Juego que hay que permitirse expedicionar, explorar, indagar. ¿Qué haría que te cierres? ¿Qué hace que faltes? ¿Hasta dónde me -o te- dejás que me/te metas en la burbuja de indagación? Un ponerse en juego constante, para que la historia personal y grupal tenga cuerpo.
Y ¿dónde está el límite entre lo propio y lo ajeno? Me pasa y te pasa, sólo que nunca sabremos el grado de refractancia. Son tus instancias, y con respeto y tolerancia habrá forma de descubrir qué pasa. La circunstancia marca lo que deviene. ¿Y si te remontás a tu infancia? Allí reside el núcleo de lo que deja constancia.
Y si no te la bancás, apenas si recibirás el mensaje, porque la resonancia no te será importante, áesbalará la necesidad de tu imperancia y esencia.
¿Me cuido el culo o voy y hago acto de presencia? Solo estando sale lo que debería y no hay tutía, el punto es cuán preparado estás para enfrentarlo hoy.
Con más calma que velocidad, la única forma de empezar es dando el primer paso, y lo demás adquirirá consistencia a medida que dejes tu ombligo y conectes con las demás conciencias.