domingo, 14 de febrero de 2016

¿Amor o enamoramiento?

Amor y enamoramiento son dos instancias de ser bien distintas.

Estar en estado de enamoramiento es comprender que el mundo es lindo aún teniendo que encarar situaciones desagradables o teniendo que bancársela en la difícil.
Enamorado uno puede distinguir perspectivas que se le escapaban antes de transitar ese estado que todo lo puede. No hay a qué temerle. ¿Lo ves?

Enamorado el cuerpo y ser se hace fuerte, todo brilla con otra intensidad, y si hay reciprocidad uno puede animarse a encarar situaciones que bajo otra circunstancia no podían ser ni contempladas.
Nadie puede forzarnos a sentir aquello que toma su tiempo y se asienta como la miel tras ser revuelta. Primero queda toda entremezclada, luego se hace homogénea, se alinea en un todo y permite ver que es más que la que creíamos quedaba.

Siempre hay más por dar y recibir en ese estado idealizado. El enamoramiento no es sufrir por alguien que no nos quiere. Enamoramiento es un ida y vuelta constante, fluido, continuo, incesante, y nadie puede interceder en esa comunicación mágica que se da al ritmo que los agraciados quieren o pueden, no hay manera de cortar ese flujo, todo se complota para que en cada paso se vaya esclareciendo algo más de ese camino inagotable, en primera instancia, que se decide emprender juntos.


El estado de enamoramiento te atonta. Estás flotando, creyendo que el afuera no podrá penetrar en la burbuja que formás de comunicación mutua y floreciente.
¿Se cae el mundo? Qué mas da, alcanza con ver a los ojos a esa persona para comprender de qué la va el mundo real. La realidad es enamoradiza, no la que nos quieren mostrar y le damos cabida cuando no estamos enamorados.
¿Qué te muestran? ¿Qué comprás? ¿Qué aceptás? ¿A qué le das curso si al fin de cuentas alcanza con que esos ojitos te digan te quiero? Ni siquiera con palabras, con actitud, con mirada, con actos.

Amor en hechos consiste. No se demuestra, se hace tangible. A flor de piel te das cuenta que emanás amor por donde se lo mire. De repente te das cuenta que en otros aspectos distintos a tu enamorada rendís más, podés más, das más, te brindás.
Enamorado se dimensiona la capacidad de propagar energías sin escatimar. ¿Te da miedo? Poco importa, se sortea fácil, porque la energía estanca se saca de cuajo, y te ensimismás en la posibilidad de reproducir bienestar.

Si estás acostumbrado a caretear situaciones, el enamoramiento no es algo que te invadirá, sino un pseudoamor impuesto, y se caerá al tiempo, cuando la realidad te someta a tener que hacerle frente a esa declaración.
No hay que aparentar, hay que reflejar lo que nos pasa. Enamorados, todo es para bien.
Los ricitos, las risitas, todo es diminutivo y bonito. Insisto, enamorado, todo es lícito, no hay mitos, hay cualidad y consumación.

En cambio, amar es otra cosa. Amar es verbo, es acción.

Amar es pensar un acto y llevarlo a los hechos,
Amar es cocinar algo con dedicación y esmero para una persona, o para nosotros mismos. Amar es ocuparse de hacer un pequeño detalle para que el ser querido se sienta más cómodo.
Amar no es contar lo que se hizo,
Amar no es romper las pelotas.

Sentir amor por alguien es querer verlo sonreír la mayoría del tiempo.
Amar no es estar pendiente, sino ser independiente, de criterios y pareceres, y aún así poder intercambiar con el ser amado pudiendo sacar algo en concreto.
No me vengan con que amor es estar encima de alguien, montado sobre un huevo; eso no es querer.
Amar es mostrar el interés adecuado.

Amar es dejarse ser y que el otro se sienta feliz de hacer lo mismo.
Y ahí sí, una vez que hayamos podido amar en serio, libre el inconsciente y con la conciencia tranquila, pensar en hacer el amor día y noche, para suspenderse en esa grata sensación eternamente.

Mi amor, todo pasa por la proyección del amor en vos.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...