domingo, 29 de noviembre de 2009

Sí, pero... (carta para el que no se deja ver)


Yo sé lo que se debe, pero no por eso soy consecuente con lo que acciona dentro mío.
El acto es llevar a la práctica lo que se nos desborda. Y yo puedo contener dentro una gran verdad, pero sólo llevándolo a los hechos puedo dársela a conocer al mundo.
Quizás no es lo que querés. Y quedará dentro tuyo todo lo que tenés para COMPARTIR.
Pero yo elijo motivarte a que lo saques. Porque es el modo en que decidí construir vínculo con vos. Y respeto tu decisión, pero no siento que sea correspondido.

¿Por qué? Porque no das el brazo a torcer. Una cosa es la decisión interna para llevar a cabo algo. Otra bien distinta es la fijación en la que se entra, según la interpretación casual de quien tenés enfrente -casual, del momento, por antojo-, si el otro se siente afectado. Deberías considerarlo, por el sólo hecho de ser alguien a quien estimás y de quien considerás lo que dice.
Siempre a la espera de tu comentario.
Con atenciones especiales, particulares.
Una despedida, pero no tanto.
Sí, pero... vos y tus peros.

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