
La crisis marca la temperatura de los acontecimientos, asuetos sanitarios y los temores a flor de piel en los argentinos compungidos.
Cambios en el Gabinete para satisfacer las expectativas de recambio jamás resueltas, y se sigue pasando el invierno.
La inactividad genera recesión, aquí y en cualquier lado. Hay que ver con qué ímpetus se alzará luego el argentino y el Gobierno, tras la plancha económica en la que nos está sumergiendo.

Al otro día, con el diario bajo el brazo.
