Si hay algo que no puedo dar es tranquilidad,
Descubriendo lo que me pasa y quiero lograr,
Y veo nítidamente que estás superada,
De tu propia ausencia, de mujer que marca un rumbo,
Y no da espacio a lo que dudo,
y es ahí donde es verdugo,
el que piensa que con ser sincero alcanza,
mejor comprometerse con la mutua crianza
de que no hay más remedio que el presente basado,
en la plena confianza, inestable sin pausa,
y que ahí no es culpa, más que saber que el otro elija,
y eso me aflija, mi mente desprolija,
no pide otra cosa que ver y probar.
El chico inestable aquí quiere ir despacio,
Saber que el mundo no se cae abajo,
Creer que la vida es un regalo que está dado,
Para ser transitado, más lento que apurado,
Sin llegar a ningún lado, más que el que quiera imaginar.
Relajo, paciencia, que estará dada en la nada,
Paciencia, que se pide transitar,
Sin saber que el infierno está brindado,
por las rígidas opresiones,
que distorsionan tu voz.
Es a vos y no a otra persona,
A quien elijo y me cobijo,
Sin pensar que la distancia,
es otra cosa más que la propia ambición.