Los mitos del miedo
Muchas veces, temer o mostrarse atemorizado ante una situación nos hace construir ideas erróneas, falsas, inventadas, sobre lo que está pasando, para amoldarlas a la realidad que estamos dispuestos a ver. Mitología pura, con ese dejo de historia trágica que el temor nos hace agregarle a los hechos mismos.
El tinte que el miedo le contagia a las propias construcciones de mundo son incalculables. Sugiero hacer el ejercicio de repasar alguna historia, generalmente de la infancia, donde el relato de algún acontecimeinto nos haya llegado con esa carga negativa. Luego, al crecer, podemos ir dándonos cuenta que no era tan así.
Un ejemplo, a los 3 años comí banana y vomité. Conclusión apresurada por temores paternos: Maxi es alérgico a la banana. Recién hace 2 años atiné a vencer el mito instaurado, y me animé a probarla nuevamente. Cero alergia, y es el día de hoy que voy a la verdulería y la banana está dentro de mi alimentación habitual.Ante el escenario mundial que estamos viviendo de psicosis y miedos a granel, propongo lo mismo. Busquemos formas de desactivar los mitos instaurados, no sin prevenir, pero aceptando que la realidad es mucho más rica que lo que muchos ojos pueden -o peor, quieren- ver.