Preservar disciplina en la escritura. Premisa de la segunda clase.
Luis nos contó que está encarando bien su proyecto, de escribir un artículo para la sección caza y pesca del Buenos Aires Herald. Interesante ver cómo aborda su estructura revisionista de lo que escribe. Una verdadera técnica que le da sus buenos frutos se ve. Ya le publicaron algo en dos entregas. Dice que le gusta hablar de cuando pica, pero sobre todo de aquel momento común, cuando no sacás nada. Un maestro.
Todos nos animamos, en mayor o menor grado, a dejar fluir nuestros libres pensamientos en este taller. O esa es la idea.
“La escritura expulsa a otras cosas”, esboza Manuel. Las ideas salen al obligarse a más de lo espontáneo. El punto es que lo que se dice nos sirve a todos cual grupo de autoayuda, y que si ayuda. Es un canto a la vida misma, el taller de escritura.
Uno salta diciendo que ya lo hará. Se nota el convencimiento, o no, que tiene cada persona. Uno es un chantún, arranca diciendo que se compró dos cuadernos, y era evidente que no empezó, desde antes de que hablara.El tema es lograr una periodicidad. Me invaden otras ideas, y todo lo vuelco al papel.
Hay de todo, a uno le parece conocerlos a todos, o los asemeja a alguien que ya haya conocido, para brindarse cierta tranquilidad de lo conocido, aunque la realidad es que estamos solos y unidos a la vez. Asusta imaginarse solo, por eso uno busca la identidad, el punto en común con otros seres.
Y acá estamos disfrutando los aquí reunidos, en Congreso General constituyente, para darnos fuerza para escribir, ni más ni menos. En búsqueda del empujón que cada cual necesita para creerse eso de ser escritor, para tomarse en serio al momento de sentarse a bajar palabra tras palabra e hilvanar historia, atrapar con entretejidos y personalidades que quieran ser conocidas, reconocidas, interpretadas, identificadas.Continuará
