viernes, 3 de septiembre de 2010

Elegir, distinguir, vivir feliz

Siento que la vida de cada persona es de acuerdo a lo que se anima a ver, a plantearse, a dilucidar y dar paso, y cada vez más se me viene un "pensamiento incorrecto" para compartir. Se trata de que el que no quiere, o no puede, es a quien le va mal o siente como padecimiento la vida.

La vida es posibilidad, opción, elección, es un sinfín de oportunidades y cada cual decide cuánto está dispuesto a divisar y encarar.
Con buenos ojos, el día no alcanza para distinguir todo lo que se hace presente para encontrarle el ribete, la situación que nos haga salir del letargo y aprovechar lo que se nos muestra para ser consecuentes con nuestro deseo.
Estar despierto, que le dicen.

Muchos eligen andar adormecidos, abombados, o distraídos con banalidades o peleas circunstanciales. Parece ser una vida más complicada pero es verdaderamente más complaciente saberse con posibilidad de discusión o con qué hacerse la cabeza todo el día.

Al elegir ocuparse de las verdaderas señales y perspectivas del vivir, hay que desarrollar habilidades y circunstancias que nos permitan avanzar, y eso en forma sostenida es de una dificultad y complejidad tal que muy pocos están dispuestos a hacerle frente.

La queja, el rezongo, el enfrentamiento, siempre son recursos más a mano que darle curso a lo que verdaderamente deberíamos. Aparte, creerse afuera y observador del proceso natural de crecimiento es otro artilugio muy disponible para aquellos que prefieren sentarse a discutir y criticar al que hace.

Hacer implica, muchas veces, equivocarse, encarar por otro lado, recaer temporalmente en el error que tanto nos atosiga y agobia, y aún así saber que de cada prueba aprendemos algo nuevo, conciente o inconscientemente, y que la próxima vez saldrá mejor.
Aceptar los tiempos y procesos, animarse a distinguirlos, corregir sin darse con un látigo, son acciones más propias del que desea ver más Verdad que del que opta por resguardarse, por temor a que le quiten quién sabe qué y, sobre todo, por qué miedo tan acunado que no lo deja ver el bosque que delante de sus ojos se regala, para que él tan sólo crea que es algo amenazador.

¿Qué historia te comiste? Salí a conquistar el mundo, tu mundo, el que te animaste y dejás ver. Ahora, porque con esa política y accionar se irán abriendo puertas y quién sabe dónde estarás en breve.

Las distancias son cada vez más sorteables, son lo que nos queramos imaginar, y las instancias cada vez más disfrutables, digeribles y asimilables. Permití que entren en vos. Y así se desintegrará el enojo, la ira, el sinsentido del hablar mal del otro, para darle paso a lo que sientas y quieras expresar. Cada cual tiene lo suyo, es personal, más solo dando lugar a lo que querés podrás encontrar, encontrarte.
Y ahí, sólo ahí, podrás ver eso de que la vida es oportunidad, constante, y que logramos distinguir y hacer uso de lo que alcanzamos a percibir, peor hay tanto más que, entiendo, apabulla y por momentos da ganas de guardarse. Ok, un rato, pero después salí a captar mundo. Es increíble lo que hay.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...