Voy pisando las limitaciones personales de no poder inspeccionar más que la oportunidad de dar contra el rebote superior.
El que marca la distancia y no permite sancionar otra instancia que no sea la propia, que permite indagar más que la incierta armonía que sepulta los dislates, eternos y estúpidos que no tienen más paciencia que la desdichada incertidumbre de colmar el vaso de mi voz.
Voy y vengo, y así de distraído dejo que pasen los tiempos de esta carrera desenfrenada hacia la nada, si total nadie puede darse a salvar o conocer si no es con el disparate del que acepta la razón. Tal como viene dada, sin imprecisa certidumbre, con la congoja de elegir no ser hoja sino tinta, que escriba la historia del que puede ser y no se anima, del que intenta primar en la cima, y no hay pócima que digne ser sin tanta terminación.
No creo que vaya donde creí que iría. No me dan ganas. Voy a dejarme llevar por lo que prime en precisas voluntades.
Hay gente que al no poder con su vida es manipulera indefecta, y siento que hago lo mismo al no cumplir con mis deberes. ¿Lo que debo quiero? ¿Y si no quiero, lo debo?
Voy a pensar que mañana puede ser distinto pero no me privo de verlo con realidad.
Buscar herir al otro no tiene explicación, y lo aplican los que andan desdichados por la vida y le transmiten su pesar a cuanta persona cercana y afecta se encuentren.
Quiero llegar y pedir comida. Descansar el marote para ver si mañana puedo hacer lo que me propongo. Es un paso para la humanidad, y mi desarrollo, saber, aprender a consumar lo que insinúo.
¿Qué más puedo pedir? Relajar las causas de acción y dejar que decante.
A ver qué pasa si me prodigo buen trato… quizás se da lo que esperaba sin importar lo que se daba.
Desagote por sí sólo. Voy impreciso en el recorrido de conocer la pérdida de tiempo que ocasiona mi desazón.
Si no quiero decir nada, simplemente no lo digo. Para qué andar con vueltas cuando está claro que no se transforma lo que se lleva dentro sino la intención de superarlo y darlo a conocer.
Si me canso de algo o alguien tengo que saber cortar por lo sano, y no buscarlo más, sino dejar que decante la sensación potentada de que ese modo de relacionarse quede atrás.
No hay que hacer tanto hincapié en lo no resultante, sino en lo que aún así va para delante por la causa que eleva la producción.
Tener algo que te motive hace que el paso del tiempo tenga sentido, sino como que estás donde no querés y hacés lo que no debés.