Hay mujeres que mejor perderlas que encontrarlas.
Son aquellas que tienen la capacidad de seducirnos con su cuerpo y formas de mostrarse, pero cuando uno indaga no ve más que un ser perdido y que dice querer lo mismo que uno, cuando lo que quiere es tenernos en sus garras, engatuzarnos. No se quiere.
Si dejamos que se exprese su individualidad no tiene más deseos que vernos entregados, y cuando su neurosis se expresa en pretensión no es más que las ganas de que uno no vea más que a ellas. Porque no pueden ver más allá de sus narices.
Si queremos emparentarnos con ellas, hacen hincapié en nuestro simple instinto animal de querer "darles", mientras que todo lo que remarcan en nosotros no es más que lo que les ocurre a ellas y no tienen los cojones para verlo identificado en sí mismas.
Cuesta darse cuenta, pero una vez que lo distinguimos, haganme caso, es mejor perderlas que encontrarlas.
Que se encuentren con ellas.