
En octubre de 2000, Álvarez renuncia a la vicepresidencia. Y un año más de crisis social debe pasar para que termine de desatarse el 19 y 20 de diciembre de 2001 la caída del radicalismo.

Dos años de respiro, y en 2003 se ve obligado a llamar a elecciones anticipadas -¿les suena el término?-, donde triunfa Néstor Kirchner contra un Menem que hacía uso de sus últimos tiros. Con arma de fogueo, por más que salió primero en unas elecciones que mostraron las 3 caras del peronismo en una interna abierta nacional, con Rodríguez Saa completando la zaga.
Y allí arrancó el período kirchnerista o frentevictorista, que aún no termina, con la alternancia de él (2003-2007) y luego su esposa (2007-2009 y sigue) , Cristina Fernández, en la Presidencia de la Nación. Para este último período, se comieron la estructura radical, a través de una Concertación con Julio Cobos, actual vicepresidente opositor (!¡).

En 2003, Mauricio Macri funda Compromiso para el Cambio, para perder su primer intento de ser Jefe de Gobierno porteño ante el progresismo peronista de Ibarra-Telerman.
Por el otro lado, la centroizquierda sería, Elisa Carrió (ex UCR) funda el ARI (Alternativa para una República Igualitaria), con quien da pelea en las presidenciales de 2003 -sale quinta-, pierde con Macri en 2005, y finalmente forma la Coalición Cívica junto a los socialistas para enfrentar a los muchachos cristinistas en 2007. Se convierte en la segunda fuerza política nacional.
Y ahora, en 2009, nuevamente se presentan las elecciones para dirimir el mapa político venidero. Hoy a las 12 de la noche cierran las listas de candidatos a legisladores nacionales y provinciales.

Y en las provincias de relevancia numérica para las presidenciales dentro de 2 años en las que todos están pensando, figuran los justicialistas que empiezan a desmarcarse de Kirchner; y en Santa Fé, Binner y su partido socialista dan lucha contra el afianzamiento nacional de Reutemann, PJ a pleno a esta altura.
Lo decisivo, por la cantidad de votos que acarrea -casi el 40% del electorado nacional-, será la Provincia de Buenos Aires, donde si el oficialismo triunfa recién podrá tener aire para empezar a negociar una transición ordenada de mando de cara al 2011, en un mundo en crisis y un país con combulsión social en ascenso.