

Las cenizas son un objeto bastante feo, inutil. Cuando se piensa en un cuerpo humano, con tanta vida, que puede llegar a descomponerse hasta quedar en cenizas nos agarra el temor, inevitable, a la muerte.
Y cuando sale de los que fuman, la ceniza, también es algo detestable, sucia, muestra de la desintegración a la que estamos destinados.
Mucho oscurantismo, más vale vivir, construir, salir repuestos de la situación a la que hayamos ido o llegado.
Y a las cenizas, soplarlas bien fuerte para ver como vuelan.
Vuelos, de Bersuit Bergarabat