¿Creer que se tiene la verdad? Apenas dejarse llevar por el estímulo, que si no es opuesto brilla por apuesto.
Me salgo de la supremacía del que calla otorga, y el que puede invita. Sólo el que se abre al sinfín de aventuras posibles, y no la tejida individualmente, sino el resonar, el devenir grupal, es quien está en eje con la vibración del universo.
Porque todos somos uno y uno somos todos, no hay separación posible entre yo y lo que se desprende por extensión de mi, mismo la energía que provoca tu presencia ahí, por más silenciosa y, a veces, invisible, está allí, y nos lleva y promueve a pronunciarnos.Lo que pasa dentro de cada cual, nadie lo sabe hasta que nos abrimos y buscamos sacar lo propio y del otro que está más a mano, a flote.
Porque el diálogo al final es eso, una sucesión de pensamientos tejidos con la única necesidad de hacernos partícipes mutuamente de lo producido.
Los instantes ocurren, y saber que uno busca menos de lo que encuentra es crucial para saberse promotor exclusivo de su sabor y aroma, su fluidez y dejadez para aprender a vivir como deseamos. Porque lo deseamos, y cómo para que se consume en la realidad sin filtro de canalizar por la mente lo que se plasma en cuerpo y se hace ACCIÓN.

