Y su continuación (el comienzo de la carta está haciendo click aquí):
Antes, en la adolescencia, podía ser distinto porque yo no sabía lo que quería. ¿Lo sé ahora?... Lo relevante es que me obsesioné con tu forma de ser y me olvidé que el otro es de una forma distinta que la que uno puede idealizar. ¿Para qué servirá el idealismo? Debería ser desterrado de este planeta. Al igual que vos, cuando me mareas.
Hasta que no des una verdadera muestra de deseo incontenible yo no pienso exponerme de vuelta. ¿O sí? Creo que sí, pero de un modo menos autoagresivo, dejándome llevar, sin que importe lo que está pasando más que lo necesario. Me divierte y molesta. ¿Quién te entiende? Ni vos.
Buscás lo inalcanzable con más ahínco que tus propios límites, y lo simple pasa de largo a tus ojos quejosos de explicación.
En este tiempo descubrí nuevas realidades. Que las palabras no alcanzan para expresar, y que el cuerpo es la clave de entendimiento universal, todos seríamos más felices en nuestras relaciones si nos dejáramos conocer los cuerpos. Claro, que no todos se tienen ganas, y es entendible. ¿Pero que lo limita en este caso?
Sos un caso. Tu psicología interpretativa me tiene atrapado, y a su vez la creo cientificista por demás. Me cago en los resultados. Vamos a hacer el mayor esfuerzo por entender la situación.
Vos sos una chica bella, lo suficientemente rea, y lo necesario de formalismos, que se vienen abajo con sólo relajar la labia. Labios, cuerpo, mente y espacios no conocidos. Obsesiva, expresiva, rayada, enraizada en una familia de doble apellido y dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias.
Por este lado, un hombre que cree, que cree que siempre falta algo para terminar de concretar, y un entusiasmo loco que lo lleva a probar suerte con cuanto hecho se le cruce por su realidad sincronizada. Una razón de ser para todo, y conexión con el llamado del cuerpo intentan ser los cables a tierra, sin perder de vista el horizonte de situaciones hipotéticas que puedan surgir en el devenir.
Y vos que no venís, y siempre hay que buscarte un poco más. Malas interpretaciones y confusión por imprecisión. ¿Y qué más necesitás para dar vuelta la página y empezar la que se cae de maduro? Sólo vos lo sabés, y nunca pensaste en compartirlo con el que te desea en silencio desde que te conoció.
Más, menos, adultamente, adolescentemente, lo mismo da. El punto es animarse a amar, sin que importe lo que me dirán. Mujer que no fue, es tiempo de olvidos, y sabrás que la tibieza nunca fue mi sensación.