Como que distingo que en el ambiente intelectual pareciera ser que no tener nada para agregar es una deficiencia.
Sí, me gusta, pero… ¿Siempre hay un pero? El pero facilita la posibilidad de agregar algo, aunque no debería ser el recurso más a mano, porque sino se veda el paso a que una situación nos satisfaga y ya. Sea una escena propia o del otro, está bueno conformarse con lo que hubo sin tener que acotar algo obligatoriamente para mostrar inteligencia.
Darle muestra de agrado completo a alguien también llena de satisfacción, no siempre el otro está esperando la observación aguda, el punto negro en el paño del relato.Es importante reparar en que el “sí, pero” es el lado crítico, hincha pelotas que los intelectos sacan a relucir para creerse que aportan, cuando muchas veces, dar muestra de gusto sin peros es lo que muchos esperan o necesitan para darse el impulso requerido para seguir adelante en el camino elegido.
Sin peros es una muestra de confianza, de apoyo, de creencia en lo que pasa y no lo que podría o debería haber pasado.
Las mentes inquietas por momentos juegan malas pasadas, y querer dar muestra de escucha o atención a lo que ocurre no es cuestionarlo, sino brindarse para la ocasión.
Y si todo lo ocurrido nos parece bien –que desafío aceptar eso, ¿no?- el pero nos lo podemos meter en el bolsillo.
¿Qué les parece? ¿Coinciden? Sí, pero…