y el camino no es errado,
por que agarre para un lado,
no significa que no haya otro,
lo complicado es descubrir el sitio,
en que se plante tu bandera,
y sera la era del que se ocupa,
de llevar su palabra de amor y creencia,

que no hay motivos para enfrentar la esencia,
del que se crió en su conciencia,
y no me aflijo si no tomo partido,
la pelea es por lo que se sigue significando,
más que un estandarte sostengo un plenario,
de voluntad y esperanza,
y saberse parte del mundo te amansa.

el daño es el baño del inmaduro,
pero lo que refleja aún es el desencanto,
cuanto más oscuro se huele la sed de venganza,
y sabrás poner un manto,
de piedad y clemencia,
que se conquista desde las inclemencias.
Suena a contradicción pero es el tiempo nuevo,
de conocer lo que se escribe en el viento,
y el peregrino está siempre armando un camino renovado,
porque es lo que sostiene su eterna cadencia,
del que grita al cielo su maldita inconsistencia.
No ahorra en delirios,
y en su divinidad encuentra el vicio,
de saberse satisfecho,
y el mayor provecho es descubrir la red en compañía,
porque su soledad la conquistó un día,
en que se puso a caminar entre la Naturaleza,
y en esa encontró su sentido.
Se lo dijo una piedra en un suave chasquido.
Quedó ido, y no hay dos sin tres,
tréboles de cuatro hojas,
la suerte es la dulce congoja,
de llegar a un FIN.