Llegamos con Daniel citados por Alejandro como “personas normales” para charlar con Mauricio Macri. 8.58, para ser puntuales. Detrás nuestro, aparecen dos hombres trajeados, custodios del personaje principal, que llega unos pasos más atrás. Mauricio saluda, nos da la mano. Muy floja a mi gusto, y sería mi primer recomendación: da la mano firme, carajo.
Nos adentramos en el Museo. El lugar, un pulmón de manzana espectacular, mucho verde, con aire y luz, justamente. Camina delante nuestro charlando con Alejandro, mientras Daniel y yo nos entretenemos comentando lo que implica ser una persona tan reconocida, con gente alrededor mirando para ambos lados…
Luego, entre filmaciones de Alejandro y su asistente Julián, se desenvuelve el diálogo, fructífero, articulado, descomprimido.
El resto se desarrolla con calma, y podemos ahondar en las preguntas que nos llevaron ahí. He aquí parte de lo que pudimos extraer.
Después, un pequeño acto de Cultura para cerrar la mañana. “Aires, Buenos Aires” en la Ciudad, nuestra ciudad, la que intentamos construir entre todos, con el aporte que se puede, directo, por momentos cuestionador, pero nunca sin honestidad y ganas de crecer. De eso se trata.